miércoles, 8 de diciembre de 2010

horóscopo

Yo no creo en el horóscopo diario, ni semanal, ni mensual. El poco encanto que tenía, si es que le quedaba algo,  lo perdió cuando me enteré que Jorge Rial comenzó su carrera en un diario inventando el horóscopo del día. Pero si creo que hay características que nos definen según cuándo nacemos.
Suena pavo pero la realidad es que las primeras experiencias que tenemos en el mundo nos marcan, y claramente no pueden ser las mismas si naces en un cálido verano, o abrigado en el frío invierno o en la lluvia del otoño o en los colores y calores de la primavera.
Yo nací en Febrero, fines de Febrero, y puedo afirmar a casi ciencia cierta que todos los que nacimos por esas fechas tenemos:
la costumbre de andar en patas todo el tiempo, el extraño placer de disfrutar el peso de las mantas cuando hace frío (es más conozco a muchos que ponen ventilador o abren la ventana para poder dormir más tapados), la capacidad de conectar temas que, para cualquiera que no sea nosotros, no tienen ningún tipo de conexión, una ambivalencia entre despistados y detallistas, la total y absoluta incapacidad de ubicarnos incluso en las ciudades o direcciones que alguna vez conocimos.

viernes, 3 de diciembre de 2010

justo

Justo cuando pensé que todo lo que podía heredar de mi familia era la cintura chica y la altura, tengo cita con el endocrinólogo

sábado, 30 de octubre de 2010

mudanza

no sé como pero cada vez que me doy vuelta para guardar algo el resto de las cosas se reproducen

miércoles, 27 de octubre de 2010

elYOpeluquero

Ayer de nuevo fui a la peluquería y salí echando chispas. ¿Por qué siempre me pasa lo mismo? ¿Es tan complicado seguir las instrucciones que uno le da? ¿no se supone que ellos estudiaron algo? ¿o sencillamente sacaron un "título" de la caja de cereales?
Así que hoy con toda mi bronca encima hago mis 5 máximas de la peluquería.

Uno. Es imposible para un "estilista del peinado" cortar las puntas. Siempre tiene que cortar al menos 5 cm más de lo que vos querías. Ahora me pregunto: ¿Este tipo tiene alguna idea de los meses que me llevo que me crezca lo que me acaba de cortar? No sé si es que tienen una necesidad de "justificar" su trabajo recortando y recortando o que sencillamente son viciosos de la tijera.

Dos. Si te querés cortar el flequillo, cosa que vengo haciendo hace un tiempo, mejor es que aprendas solito porque cada pero cada puta vez que te cortan incluso con el pelo mojado, sabés que parecés un fanático de Mick Jagger, definitivamente "I Can´t get no satisfaction"

Tres. Esta es nuevita, se dió hace unos años, que te cobran por secarte el pelo. Ey! yo llegue con el pelo seco, vos me lo lavaste y cortaste, no te pido que me hagas un peinado pero mínimo dejame el pelo seco y más o menos acomodado, ¿cómo puede ser que me quieras cobrar por eso? Y si te ponés en guacha sólo te hacen un semi secado ¿dónde quedaron esas tardes en las que salías de la peluquería luciendo divina? ¡¿!¿dónde?!?!?

Cuatro. Hay una nueva tendencia que dice que cuando te lavan el pelo te tienen que masajear bastante, hasta ahí estoy de acuerdo, y que es recomendable usar agua tibia, pero últimamente sólo termino con un lavado con agua helada y una señorita que me hace huecos con las uñas en el cuero cabelludo.

Cinco. Si no estás totalmente convencida con el corte cuando salís de la peluquería, fija, pero fija, que después de bañarte te vas a querer matar.

Bonus. Desde siempre es imposible encontrar en una peluquería revista con fecha reciente, no sé si es que no se pueden subscribir a Caras o qué pero siempre termino leyendo sobre la pelea de la Susi, Humberto y el cenicero.

Así que mis querídisimos y necesarios peluqueros les pido encarecidamente, sequen el pelo, corten como les piden y sean suaves porque quiero volver a los días en los que me sentía una diosa despampanante cada vez que salía de la peluquería.

lunes, 25 de octubre de 2010

jueves, 21 de octubre de 2010

mrs.brown

En la agencia las ventanas son marrones, las sillas son marrones, las mesas son marrones, las experiencias son marrones, las personas son marrones.
Todos juran y perjuran que no son marrones y quieren caretearte que son azules brillantes, amarrillos y rojos pasionales. Pero son marrones.
Y mientras yo esté acá, también soy marrón.

Hoy renuncie. Porque definitivamente esto no es lo que me vendieron.

lunes, 18 de octubre de 2010

felizdía

Hace unos años mi vieja me regalo para mi cumpleaños lo que yo considero mi regalo preferido: una cajita chiquita “para guardar un secreto”. 
Tengo guardado uno hace dos años.

Feliz día a todas las mamás. Y a la mía en especial.

miércoles, 13 de octubre de 2010

sharethemusic

Si la crisis te dejo culo al norte y no te alcanza como para comprarte un auto y poder bajar las ventanas con orgullo y compartir tu música, no te vayas a preocupar, por sólo unos pesos vas a poder adquirir un celular y cada vez que subas al colectivo en vez de colocarte tus auriculares vas a poder poner tu cumbiancha a todo volumen y compartirla con el resto de los mortales que más que agradecidísimos estarán de tu generosidad.

lunes, 11 de octubre de 2010

eltorodemalena

alguien una vez escribió sobre mi, aunque no me llame Malena

Los toreros deben morir

Malena lleva dos colitas y viaja en un auto por las rutas de su país. Malena va pegada a la ventanilla. Va contenta porque el sol le da en la cara pero no la molesta. Malena ve los carteles de Osborne y dice que no. Dice que no moviendo las dos colitas. No parece La Chilindrina, parece Malena.
Malena fue a contarle a sus muñecas. Pocas cosas les cuenta a ellas. Sabe que tiene que irles con cosas trascendentales como para interrumpir la vida de una muñeca. Malena piensa eso porque se pone en lugar de muñeca. Tendría que escuchar a las nenas peleándose por un vestido o preguntándole como se hace para volar. Malena es muy inteligente.
El auto en el que viaja para al costado del camino. Es momento de un descanso y de algo rico. Baja del auto y estira las piernas. Le gusta estirarse, cierra los ojos de a poquito y sonríe, incluso a veces saca un bostezo. Después ya se siente lista para una taza de chocolate caliente que inmediatamente le alcanza su mamá.
Malena sopla un poco para no quemarse y contempla el paisaje. La ruta es larga, larguísima. Una ruta que hasta un ciempiés debería parar a descansar y tomar una taza de chocolate. Hay un sembrado bien amarillo que ya sabe que es, una vez le preguntó a su papá y ya sabe que son maíces. El cielo es bien celeste y ve a lo lejos otro cartel de esos que decoran la zona. Malena ve como el toro parece estar parado al costado de la ruta, piensa que espera a alguien, a una tora, tal vez.
Malena sabe quienes tienen la culpa si esos toros desaparecen. Se vuelve a enojar y vuelve a decir que no.
Malena está preocupada y a la vez tiene una certeza. Malena ya sabe qué no quiere ser cuando sea grande.

martes, 5 de octubre de 2010

Luismi


Hace unos años trabaje en un catering muy pero muy top que iba a eventos de cierto level. La fiesta de esa noche era en un country, de esos con mucha seguridad, de esos que te hacen dejar tu huella y tu foto en una maquinita de la entrada.
La casa, una casa de esas que sólo vas a ver en la tele, que tienen la heladera de doble puerta con un dispenser incluido en dónde sale agua fría y hielo molido. Una de esas casas en dónde la mucama cama adentro Paraguaya me dijo: "el patrrroncito no nos deja tomar gaseosa". Gente con plata. Mucha plata.
El evento era de sushi libre, había una bruta carpa en el jardín y por ahí atrás también había una barra de helados Chungo, todo esto sólo para 40 personas. Por eso no me sorprendió para nada cuando el dueño me comento que le había regalado una casa en Punta a su mujer por el cumpleaños, ni me sonó del todo imposible cuando me dijo que eran muy amigos con Luis Miguel y que como estaba en Punta iba a pasar a cantar algunas canciones.

Monstruo ciego el del cholulismo, ilógico como pocos, porque a mí qué me importaba Luismi, si para lo único que lo escuche alguna vez fue para dormirme cuando tenía insomnio. Sin embargo ahí estaba, monstruo asqueroso, que me hizo ir a preguntarle a la mucama si era cierto, que después de que ella me diga: "sí le dijo el patrrrrroncito es cierto, el patrrrroncito nunca hace chistes con nada" me hizo ir al baño a ponerme más rimmel y a pensar porque no hacían uniformes más escotados. Ese maldito monstruo me emocionó por alguien que no me importaba, pero mucho peor ese maldito (el monstruo) se sintió totalmente decepcionado cuando todo emocionado corrió hasta el salón cuando empezó a sonar "Suave" y se encontró con un gordo que no se parecía en nada a Luis Miguel, que cantaba karaoke y se llamaba Cacho.

lunes, 4 de octubre de 2010

jueves, 30 de septiembre de 2010

laabuelagoye


Yo soy de Bariloche, crecí viendo el logo de la Abuela Goye: ella preciosa, sonriente, teje y obviamente hace chocolates.
Como casi todos tuve dos abuelas, pero hoy cito a mi abuela paterna que lejos estaba del logo chocolatero.

Cocinaba y por sobretodo tejía muy bien pero cada vez que me daba mi ropita de regalo me decía: "te hice el mismo modelito que a Sol (Sol, mi despampanante prima, rubia, flaca y de ojos azules) pero a vos más grande porque sos robusta"
¿ROBUSTA? vieja chota. Decime gorda si es eso lo que me querés decir.
¿No se supone que las abuelas te cocinan y siempre te sirven más porque te ven flaquita? ¿dónde quedó la abuela sonriente que te hace chocolate?

Las abuelas no son lo que me vendieron.

panchoenlaheladera

Yo tenía nueve y estaba contenta. Mis viejos alquilaron el quincho del club Pehuenes, y con mi mamá preparamos las 30 invitaciones, con nombre y horario.
Papá compró un montón de panchos y armó el fuego en las tres parrillas del club.
Mis 10 no iban a pasar desapercibidos.
Tipo nueve no había caído nadie, pero era normal, la gente no sabe ser puntual. Yo miraba a la puerta y nada.
Para las 10 estábamos Maria Eugenia, Agustina y Ana, y yo seguía mirando la puerta esperando que llegue el resto.
Fuimos cuatro contandome a mi. CU – A -TRO
Mi papá en Diciembre todavía me decía "tengo como 200 panchos en la heladera".

Por eso no festejo cumpleaños, porque cumplir en febrero no es lo que me vendieron

comprarvender

En mi facultad decían que te tenías que saber vender a vos mismo, que ese era el "brief" más difícil.Yo no se venderme. Pero supongo que si existen platos con frutos del bosque y la gente los compra pensando que valen esos 20 pesos más, será cuestión de tunear un poco el pack y con un poco de marketing lanzarme a la venta.