domingo, 27 de febrero de 2011

uno,dos,tres,empujen

Doce de la noche volviendo de una fiesta  (sí, si ya sé, pero es que las fiestas acá empiezan a las 7 de la tarde, justo después de cenar) eramos 6 caminando, algunos medio borrachos, otros no tanto, pero íbamos lento porque el camino era empinado y estaba embarradísimo por la lluvia a la tarde.
Cruzado en medio del camino nos encontramos en un auto a uno de la fiesta, con la trompa metida en el barro del costado del camino sin posibilidad alguna de salir. En un gesto más que amable los 6 que veníamos, 3 chicas y 3 chicos, ofrecimos dar un empujón. Todos a la trompa, con los pies mucho más adentro del barro contamos hasta 3 y empujamos. De repente con la luz interna del auto vislumbro que hay una hija de puta sentada en el asiento de acompañante lo más pancha, escucho la cuenta regresiva de nuevo y si bien mi cuerpo empuja sólo puedo pensar "bájate perra que yo estoy toda embarrada por tu culpa". Un empujón más y el auto nada, ni medio centímetro afuera.
Fabián un groso muy groso, tuvo una idea que explica su carácter bonachón y su espalda de algún tipín de 300: "levantemos el auto y movamoslo hacia el costado hasta que quede hacia abajo y ahí lo empujamos mucho más fácil", quiero volver a aclarar que el auto estaba atravesado totalmente, osea transversal a la calle. La borrachera, la testosterona o la bondad o algo por el estilo hizo que todos se subieran a este plan descabellado.
Uno, dos, tres y el auto se movió un poquito, uno, dos, tres y otro poquito más, se necesitaron 18 cuentas para correr el auto. Arranque, primera y salió. El dueño del auto bajó su ventana, dijo: "muchas gracias en serio!" y se fue; SE-FUE, nos dejó de nuevo caminando en el barro, con la cintura hecha mierda, y las patas sucias, SE-FUE. Nadie puede ser tan hijo de puta, flaco llévanos a nuestras casas, hacé dos viajes, llevá a las mujeres, regalame un vino, un asado al otro día, tu primer hijo varón, algo, empujamos tu auto, corrección levantamos tu auto y lo empujamos LE-VAN-TA-MOS!

Más tarde le muestro el moretón que me hice a mi concubino en la pierna y él me dice: "ah vos empujaste? yo fingí fuerza y punto, mirá si voy a estar haciendo tanto esfuerzo por un borracho que no conozco, que fue tan pelotudo de manejar mamado y meter el auto así y que sólo tiró un gracias al final", sabés que: tiene razón.

1 comentario:

  1. jajajajajaj excelente me despancé de la risa qué gente ingrataaaaaaaaaa, I.!

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