lunes, 14 de febrero de 2011

lacasainternacionaldeJuan

Nos pensábamos quedar una sola noche en lo de Juan, pero terminamos quedándonos tres.
Una vez que entendimos el orden en lo que a primera vista parecía un caos, sólo hubo que bajar un par de revoluciones, relajarse y disfrutar.

Así que quiero tomarme un segundo para agradecer las cosas lindas de "la casa internacional de Juan":
el pan gratis de la panadería donde trabajaba Juan, que ninguno de los hombres parecían tener remeras,  la chilena que nos trataba de explicar las cosas con paciencia,  los grillos que te musicalizaban las noches, el queso barato del super, el edificio que movieron en la esquina,  el brasuca que dijo que los asados Argentinos son mejores, la vista desde la calle al Sky centre en subida, la vista desde la calle al Sky centre en subida de noche, el tano que cocinaba cosas ricas, la palta a 1,99 el kilo, el mate con ronda internacional (tomaba el francés, un neozelandés, el tano, Juan y yo), el francés que hablaba mil idiomas y tenía los mejores pantalones del mundo, y por último Juan, que nos presto el sillón, que nos charló muchísimo, que terminó siendo un tipo con mucha pero mucha onda y que ojalá el tiempo acá nos cruce de nuevo.

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